El vino mejora su calidad a medida que pasa el tiempo, pero solo si se conserva de manera adecuada. En esto, el corcho cumple una función fundamental. Para que el vino envejezca necesita oxígeno y los tapones de corcho pueden brindárselo, al mismo tiempo que mantienen el contenido dentro de la botella, evitando la entrada de bacterias o moho.
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El corcho y su importancia
Aunque están herméticamente cerrados, el corcho le permite la entrada de oxígeno necesario gracias a su porosidad e impermeabilidad, aunque necesita mantenerse hidratado para poder conservarse en óptimas condiciones. Es por ello que el almacenamiento de botellas de vino debe hacerse de forma horizontal, para que de esta manera el vino lo toque permanentemente.
Defecto del corcho
Existe un inconveniente con el uso de corcho, y es que puede aparecer una sustancia llamada molécula tricloroanisol, más conocida como TCA. Este un compuesto que se puede encontrar en el corcho natural, y que algunas veces hace que el vino tenga un particular y desagradable olor al tapón y sabor a humedad.
Solución a la TCA
Ya existe una solución a este inconveniente, y es que gracias a la ayuda de tecnología avanzada, se ha desarrollado un corcho que elimina este problema: el corcho Diam.
El corcho Diam, es creado aplicando el novedoso proceso Diamant, mediante el cual se extraen esos elementos que causan variaciones en la calidad del vino, como el denominado TCA. Su proceso de elaboración garantiza la neutralidad sensorial de los productos que lo utilizan.
Protección del vino durante su desarrollo
El corcho tiene la capacidad de adaptarse a fuertes condiciones climáticas externas. Su elasticidad lo vuelve indispensable para cumplir con dos funciones sumamente importantes. Una de ellas es permitir la microoxigenación del vino (algo que facilita que evolucione de manera lenta y progresiva), y la otra es proteger el interior de la botella del exceso de humedad ambiental que proviene del exterior.
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Tipos de corcho
Hay tres tipos de producción de corchos que se pueden elegir en la industria del vinícola: natural, aglomerado, y sintético. De estos tipos de corchos existen varias alternativas de tapones en el mercado.
Natural
El corcho en sí, es un material natural proveniente de la corteza del árbol alcornoque mediterráneo, con esta materia prima se crean todos los productos derivados del corcho, entre ellos los tapones para botellas de vino. Estos tapones hechos de corcho natural pueden ser de una pieza o de la unión de dos o más piezas pegadas. Los de una sola pieza son ideales para el envejecimiento del vino por tiempo prolongado.
Al estar en contacto con el vino durante su almacenamiento, adquiere el color y olor del contenido de la botella, proporcionando información acerca de su estado. Es por este motivo que se entrega el corcho al consumidor apenas se ha descorchado.
Aglomerado o técnico
Este es un material elaborado a base corcho natural o sintético y polvo de corcho, aglutinados con sustancias que pueden estar en contacto con alimentos. Una particularidad es que resguardan el vino en óptimas condiciones por un periodo de tiempo no mayor a 2 años desde su cosecha, por lo que no es el más recomendable para vinos que pretendan envejecerse por largo tiempo.
Sintético
Puede ser elaborado con diferentes materiales, generalmente se usan plásticos. Este tapón sintético representa algunas ventajas como por ejemplo, un sellado hermético, antibacteriano y la erradicación del riesgo de TCA; además, no requiere de humedad para su conservación, por lo que las botellas pueden almacenarse de forma vertical. Sin embargo, por no ser natural, no brinda información acerca del estado del vino (color u olor).
Para vino espumante
Los corchos anteriormente descritos son utilizados para embotellar vinos tranquilos. Los vinos espumosos requieren de un tapón especial, creado con corcho comprimido de alta calidad y un diseño aerodinámico que los hace más resistentes que los tapones comunes.
Aunque en el mercado se pueden encontrar varias alternativas para sellar botellas de vino, como el plástico, roscas de aluminio e incluso vidrio, la mejor opción sigue siendo el corcho debido a las ventajas que tiene ante estos materiales para la conservación y envejecimiento del vino.